viernes, 19 de agosto de 2011

Se suele creer que el pensamiento positivo ayuda a llevar una vida más feliz. De pequeños nos decían que sonriéramos y que pusiéramos cara de estar contentos. De mayores nos dicen que miremos el lado positivo, que no hay mal que por bien no venga y que el vaso esta medio lleno.
A veces la realidad se impone y te impide comportarte como si fueras feliz, en esos momentos solo quieres aceptar la realidad, olvidar las apariencias y ser tu mismo, asustado o infeliz.
Si le preguntas a la gente que quiere en la vida, la respuesta es sencilla; ser felices. Pero quizás sea esa expectativa ''querer ser felices'' lo que nos impide llegar a serlo. Quizás cuanto más intentemos obligarnos a ser felices más confundidos estemos, hasta que ni nos reconocemos. En vez de eso seguimos sonriendo e intentamos ser esas personas felices que quisieramos ser, hasta que nos damos cuenta de que lo hemos tenido delante. Ni en nuestros sueños ni en nuestras esperanzas sino en lo que nos hace sentir cómodos en lo que conocemos.