jueves, 9 de diciembre de 2010

La imperfección más perfecta.



Verte es como comer golosinas: si empiezo no puedo parar.
Cada mordisco sabe mejor que el anterior.
Sentir tu piel es como ver la tarta más irresistible:
No puedes evitar rozarla con el dedo índice y probarla antes de que la sirvan en el plato.
Pero a diferencia de las chuches, puedo atiborrarme de ti sin casi apenas respirar, no voy a engordar ni un gramo.
Si todo son ventajas, ¿cómo no van a entrarme ganas de comerte todo el día?

No hay comentarios:

Publicar un comentario