Corren entre las calles los ecos de mis "te quiero",
la almohada guarda el momento en el que te pienso cada mañana,
las paredes de la clase cuentan los suspiros y las sonrisas bobaliconas cuando lo más mínimo me recuerda a tí:
cualquier detalle hace que entres en mi cabeza.
Que se me nota un brillo mágico en los ojos,
y qué,
es por ti, y eso me encanta.
Grito lo que siento si hace falta.
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